Quitarse el curita para que la sane la herida
22 de octubre de 2021. 14ª edición.

¡Hola a mis personas favoritas del internet y de la vida! Gracias por sus mensajitos bonitos diciéndome que estaba bien tomarme mi tiempo para retomar mi creatividad. En este mini-break me he dado cuenta que no debo de dejar de hacer las cosas que me hacen feliz, que me ayudan a seguir adelante y salir de esos días nublados o grises a los que tanto le tengo miedo. Me tomó varias semanas, incluso meses, darme tiempo de sentarme a dejar correr la pluma y creo que en gran parte fue porque escribir para mí siempre ha sido la manera más bonita, aunque dolorosa, de sincerarme conmigo misma y con mis sentimientos. Por esto mismo, sabía que ponerme a escribir significaría liberar todos esos demonios y fantasmas que tenía adentro y que, por alguna u otra razón, todavía no estaba lista para voltear a ver.
Todxs nos hemos hecho cortaditas, de esas que son chiquitas pero que cómo duelen y molestan. Como cuando te cortas picando fruta o con abriendo algún empaque en alguno de los dedos que más usas y el dolor está ahí todo el día recordándote la herida. Te pones un curita y sigues con tu día. Pero conforme pasan los días, el curita ya no es necesario, tal vez la herida ya esté cicatrizando, pero te da miedo verla, porque tal vez al quitar el vendaje puede que la herida vuelva a sangrar o que se haya quedado pegado y te duela mucho cuando la vayas a quitar. Hasta que un día te das cuenta que ya no puedes seguir con el curita así, porque tu herida necesita respirar, necesita oxígeno para terminar de cerrarse, aunque te duela arrancar la gomita del curita, aunque tengas miedo de ver la cicatriz o de que vuelva a abrirse, sabes que ya no puedes seguir postergándolo.
Así he tenido que enfrentarme a algunos fantasmas que había escondido debajo de la alfombra. Me mantenía ocupada, tratando de ignorar que había cosas que estaban doliendo y necesitaban de mi atención. Fue por eso que tuve que despegarme un poco de la creación de contenido, era necesario empezar a voltear más hacia mi interior que hacia el exterior.
No te voy a decir mentiras si te digo que ahorita ya me encuentro al cien por ciento, creo que eso es un mito de la positividad tóxica. La verdad es que mis días todos tienen matices, no hay uno que diga que fue por completo feliz o completamente triste; puede ser que mi mañana haya empezado súper bien, luego pasó algo que no me gustó, después mejoró. Más bien creo que todos mis días se ven como una montaña rusa que a veces tiene muchas subidas y bajadas, otras va más lento, otras veces quisiera no haberme ni subido a ella, otras disfruto tanto que lloro de alegría.
Lo que sí me di cuenta es que mantener una rutina en mi día me hace sentir que al menos puedo tener control sobre mi autocuidado. Hay días en que hacer mis tres comidas se siente como una gran batalla ganada. Me siento contenta porque ningún día he dejado mi bienestar de lado: todos los días desayuno, hago mi rutina de limpieza, saco a pasear a mi perrita, llamo a mis personas cercanxs, me doy tiempo de escuchar mi interior, no he dejado de ir a terapia, lloro si lo necesito, volteo a ver mis heridas para ver cómo van.
Las redes sociales no son todo y a veces actuamos como si lo fueran. Nos esforzamos tanto en pretender que estamos bien por medio de las pantallas, de disimular que todo va perfecto, de mostrar ese lado luminoso de nuestros días. Pero ¿quién eres cuando nadie está viendo?, ¿cómo se siente tu mente? ¿qué cosas te está intentado decir tu cuerpo?, ¿realmente nos estamos escuchando? Creo sumamente importante en darnos estas pausas de trabajar más al interior y ponernos menos máscaras para pretender. Tener una red de apoyo me ha ayudado muchísimo para poder sobrellevar estos meses en los que he tenido que enfrentarme a todos estos monstruos. Gracias a ellas jamás me sentí sola. No pienses que todo ha sido nublado y gris, he tenido mis momentos felices, claro que sí, pero ya sabes que me gusta hablar de aquello que no siempre vemos allá afuera: ¿qué estamos haciendo para poder sobrellevar las tormentas?
A veces quitarse el curita es mucho menos doloroso de lo que realmente pensamos y sea cuál sea el tuyo, te lo prometo que tu herida agradecerá bastante que la dejes respirar, aunque dé miedo e incluso el mismo curita ya se sienta como parte de tu propia piel. Date la oportunidad de dar ese paso, de quitarte tu curita y empezar a sanar.
🌻¿Qué estoy haciendo con mi vida?
Simplemente aprender a escuchar, definir mi rutina y aprender a poner límites conmigo misma y con las demás personas que me rodean. Como dice mi gurú y amiga Linda Ramos: se vale estar triste, sí, pero no navegar la tristeza en soledad.
Me gustó también que tuve la oportunidad de hacer un viajecito que me reconfortó bastante el corazón. Si sientes que hacer algo fuera de lo común te podría ayudar, hazlo. No necesitas ir con una pareja, puedes ir con amigues, con algún familiar o incluso tú solitx.
Aún en medio de la incertidumbre, lo que me ayuda a estar tranquila es tener cosas que me anclen: escuchar Taylor Swift y Bad Bunny, mi red de apoyo, mis actividades de ocio, darme tiempo libre, leer, escribir y comer bien. Que arda lo que tenga que arder, que tiemble, que se destruya todo pero que nunca nos abandonemos. Por nada, por nadie. Con esto ya estamos del otro lado de ganar las batallas.
✨ Recomendaciones de la vida en general
Hace unos días fue el "Día de la Escritora" así que quiero extender algunas recomendaciones que hizo Fer Toral en su Twitter. Me di la oportunidad de leer algunas y me encantaron, así que te las dejo por aquí abajo.
Tarantela - Me parece fascinante el tema de los lazos familiares y Abril Castillo lo plasma bellamente en su novela donde nos platica de su propia historia familiar y el eco que hace la muerte de uno de su tío en todas las personas de la familia. Se hacen presentes las tarántulas, telarañas, redes, veneno, ratas. Me parece que toda la historia está hilada de manera preciosa, cruda y real.
Entre Los Rotos - Siguiendo con el tema de la familia, Alaíde Ventura, plasma la historia de una hermana y un hermano que crecen en una familia con un padre violento. El silencio de su hermano es el protagonista, el sufrimiento de su madre y la lucha de la protagonista por sobrevivir a los estragos que causó su padre en la infancia.
También te quiero recomendar algunos capítulos de podcasts para conmemorar la lucha por la prevención del cáncer de mama:
Antes de despedirme, quisiera invitarte a que, si te gusta mi proyecto, compartas este newsletter con alguien para que se suscriba o subas tu fragmento favorito en redes sociales para ayudarme a crecer. ¡Te lo agradecería un millón! Saber que mi contenido les gusta y que llegue a más personas me ayuda bastante para seguir motivándome a crear.
Ahora sí, te deseo un bonito viernes lleno de inspiración y que disfrutemos mucho este aire fresquito que nos regala el otoño.
Majo
Esta semana voy a:
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